Vida de perros. Vigilar la casa

Nosotros los perros no descansamos casi nunca. Para vigilar la casa nos turnamos entre Ulises, Pinche y yo. Algún día también nos ayuda mi ama. Cada noche le toca a uno dormir con un ojo abierto y el otro cerrado para avisar cuando entren los ladrones. Tengo que decir que los únicos ladrones que aparecen alguna vez son los hijos de mi ama (los amitos) que se deslizan con mucho sigilo cuando llegan a las seis de la mañana. Entonces nosotros ladrábamos fuerte para saludarles, pero tuvimos que dejar de hacerlo ya que los amitos nos regañaban llamándonos chivatos.
Los amitos aunque nunca os lo he dicho ya son bastante mayores. Me dan mucha pena porque están muy enfermos. Mi ama dice que tienen una enfermedad que se llama adolescencia. Mi ama siempre implora al cielo que les cure. Dice mi ama que les ha crecido la cabeza y no el cerebro y les pide que no se muevan mucho porque si no el cerebro, que todavía es pequeño, les baila en el cráneo y puede darse un golpe y estropearse. Espero que no nos contagien no querría tenerme que quedar tan quieta para no dañar mi cerebro.