Vida de perros.El baño

Cada cierto tiempo y sin avisar, de repente mi ama nos mira fijamente y asintiendo con la cabeza sentencia: - Frida, Pinche. Necesitáis urgentemente un baño. En ese momento, como si hubiera realizado un pase de magia Pinche desaparece escondiéndose debajo de la cama. Yo como si el tema no fuera conmigo, salgo de la habitación de manera sigilosa, tal como lo haría el más hábil de los gatos. Voy al salón y me escondo en el hueco que deja mi amo entre sofá y espalda al recostarse y apoyar ésta en el respaldo. Allí me quedo esperando, acurrucada y muy quietecita. Algunas veces, la odiosa frase lanzada al viento es una falsa alarma. Pasa el tiempo y mi ama se dedica a otros quehaceres como planchar o hacer la comida del día siguiente o cualquier otra tarea doméstica. Otras en cambio escucho los aullidos de Pinche ya sé que no hay salvación. Mientras mi ama nos baña masculla a menudo entre dientes : - La que debería estar tomando un baño relajante tendría que ser yo.
- ¿Relajante? - ladro pasmada . - ¿Esto es relajante? Vaya vida de perros nos toca sufrir.- gruño con la boca cerrada para que no me entre jabón.