lunes, 21 de septiembre de 2009

Un cuento para Frida que está embarazada


Voy a contaros el cuento que nos cuenta la cuentista de mi ama mientras me acaricia la tripota que me está creciendo:


"Yo tenía un perro blanco que se llamaba Ulises. En un paseo por el parque se cruzó con una pequeña mancha negra.
- Hola – le saludó al mancha desde el suelo.
- Hola- devolvió Ulises el saludo ya que era muy educado.
- Perdona que te haya abordado de esta manera ¿Pero no sabrás de algún sitio donde pueda irme a vivir? – Preguntó la negrata.
Ulises que desde luego no sobresalía por ser muy limpio ser restregó por el suelo y sin dudarlo le contestó:
- Si quieres yo te puedo prestar mi lomo blanco.
La mancha sin pensárselo dos veces dio un salto y se colocó en el dorsal derecho de Ulises. Allí vivió durante varios meses, incluso engordó bastante. Si en algún paseo se cruzaban con otra mancha negra, invitaban a ésta a desayunar en el lomo o en la cabeza de Ulises. Alguna mancha negra quiso subirse a las orejas de Ulises, pero éste las sacudía con violencia y salían despedidas hacia el lomo.
Tantas manchas se congregaron que primero tuve un perro blanco, luego un dálmata y al final un perro negro con las orejas blancas.

Un día decidí que era hora de lavarle. Ulises ya no era un perro blanco sino un perro negro con dos manchotas blancas en las orejas.
Al mojar a Ulises las manchas negras se agarraron con tal fuerza al cuerpo que ya me fue imposible hacerlas bajar de allí.
En cambio las dos manchas blancas de las orejas cada vez se iban haciendo más y más pequeñas. Entonces Ulises sacudió su cuerpo y sus orejas para secarse y lo hizo con tal fuerza que las dos manchas blancas salieron volando, dándose un gran batacazo contra el suelo. Me dio tanta pena que recogí las dos manchas y las cuidé con esmero. Con tanto mimo, enseguida aquellas dos manchas se convirtieron en perritos y ahora tengo un perro negro llamado Ulises y dos perros enanos blancos llamados Frida y Pinche. "



¿Y no sería más fácil decirnos que a Pinche y a mi nos ha traído la cigüeña?



jueves, 17 de septiembre de 2009

Seguir La moda
















Vaya final de veranito que he tenido. Me picó una garrapata y aunque enseguida me la quitaron no había manera de que aquella zona, donde la asquerosa garrapata había introducido sus dientes para extraerme parte de mi sangre real, dejara de picarme. Tanto me dedique a rascarme que al final, en vez de conseguir calmarme y que se me curará la pequeñísima costrita que tenía, lo que provoqué fue era una enorme erosión en el cuello. Al verlo mi ama enseguida me puso a la moda y me convirtió en la princesa lamparilla.



Encontrar mi sitio








Mi ama dice que el verano sirve para meditar y encontrar tu sitio en al vida. Pero yo creo que mi ama se conformaría con encontrar su sitio en la playa. Eso si a las 6h de la mañana que es cuando nos damos un paseo matinal desde luego no hay nadie, claro que tampoco está el Sol. Y cuando hay sol somos nosotros los que nos llevamos otra desilusión cuando mi ama nos deja en casa por no se que prohibición existente de llevarnos a la playa. Dicen que ensuciamos. ¡Nosotros! Pues si que he visto yo a gente dejar porquería en la arena: latas, papeles, botellas. Si a veces cuando se vacía la playa eso parece los restos de una macrofiesta de esas que están de moda. ¡Y somos nosotros los que ensuciamos!